Muchas personas están decididas a comprar alimentos ecológicos porque son conscientes de sus ventajas. Sin embargo, los consumidores suelen tener muchas dudas a la hora de elegir los productos, y les surge la duda de si en realidad lo que se llevan a casa son verdaderos alimentos ecológicos.
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No obstante, los consumidores cuentan cada vez con mayores garantías, y en este sentido el papel de los certificados ecológicos es fundamental. Estos sellos son el mejor aval que tienen los consumidores para asegurarse de que lo que compran es un alimento 100% ecológico. Tan solo hay que fijarse bien en el etiquetado.
En el marco de la Comunidad Europea, existe desde el año 2009 una reglamentación específica que regula la producción y el etiquetado de los alimentos ecológicos, incluido el uso de los términos ecológico, orgánico, bio etcétera. De esta forma, se evita que estos adjetivos se utilicen meramente como una estrategia de marketing.
En esta normativa europea, se define la producción ecológica en base a varios criterios:
- Prácticas ambientales con un alto nivel de biodiversidad
- Preservación de los recursos naturales
- Respeto del bienestar animal
- Si se trata de alimentos procesados, al menos el 95% de los ingredientes agrarios deben ser ecológicos.
- No se permite el uso de OMG (organismos modificados genéticamente), ni tampoco productos obtenidos mediante el uso OMG como por ejemplo piensos para animales, productos fitosanitarios, abonos, semillas…
Los alimentos que obtengan esta certificación europea, llevarán en su envase el logotipo de la Eurohoja. Esta unificación es muy importante para los consumidores porque de esta manera no hace falta conocer una infinidad de sellos.
Sin embargo, en las etiquetas todavía se pueden encontrar otros distintivos, además del europeo, que siempre está bien conocer. Por un lado aparecen ampliaciones de la regla europea que exigen los diferentes gobiernos estatales o regionales; por ejemplo, en Cataluña la Eurohoja debe ir acompañada del sello CCPA y del número de certificación. Por otro lado también hay sellos que otorgan certificadoras privadas. Algunos de estos certificados son: SA (Soil Association), Bioland (BL) EcoCert, CDX (Codex), BG (Biogarntie) o Demeter.
